La pequeña llama entre la oscuridad!
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Elena Call
Alice Cullen
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Carly Sáb Dic 12, 2009 3:26 am
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!! Alicee Alicee, yo q soy tu amiguiiitaaa tu hijitaa tu pequeñitaaaaa yyaaa pasamee el capitulo 19 *-* no seas malitaaaaa vamoss di q si
Carly- Soy la Vagancia Humana
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Bella Cullen Sáb Dic 12, 2009 11:31 pm
eso eso o.o
alice eres geniallllosaaaaaaaaa escribiendooooooooooooooooooooooo sigueeeeeeeeeeee asiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii pq eres supeeeeeeeeeerrrrrrrrrrr
tkm a todos
chauu
alice eres geniallllosaaaaaaaaa escribiendooooooooooooooooooooooo sigueeeeeeeeeeee asiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii pq eres supeeeeeeeeeerrrrrrrrrrr
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Bella Cullen- Cantidad de envíos : 311
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Alice Cullen- Cantidad de envíos : 1104
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Gina Vulturi Dom Dic 13, 2009 3:50 am
OMC!! 
donde está Carly??!! ...yo sé que en el foro 
..pero y donde rayos está en el fic?? 
..ay noo..noo.donde está? quiero saber que mas sigue..Alice Cullen..no me tortures..pon el otro .. 
saludos
donde está Carly??!! ...yo sé que en el foro ..pero y donde rayos está en el fic?? ..ay noo..noo.donde está? quiero saber que mas sigue..Alice Cullen..no me tortures..pon el otro .. saludos
Gina Vulturi- Cantidad de envíos : 96
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Alice Cullen Vie Dic 18, 2009 11:04 pm
Dejo el 10!
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10. Infierno
Siete días buscando a Carly día y noche, desde el amanecer hasta el atardecer, quedándome sin voz y desesperándome. No la encontraba.
El mundo era un infierno, comparando la vez en la que me sentía tan sola y echaba tanto de menos a mi familia, estaba tan triste y cerrada en mi mundo… esta vez me sentó peor. La pérdida de Carly de mi lado me estaba sentando como una tortura de mil años y lo peor era que no tenía a nadie.
Como una mezcla entre el dolor de la soledad, el fracaso, la irresponsabilidad, la culpa, la desesperación, la angustia, el odio a si mismo, la tortura, los nervios, la locura, la tristeza… Todavía podía añadir más.
Estaba en casa y me encontraba desesperada, cogida a mis piernas, con la mirada vacía y balanceándome de adelante hacia atrás y viceversa mientras susurraba continuamente el nombre de Carly. Siempre que me pasaba una desgracia actuaba igual, me encerraba en mi propio mundo negro y me costaba convencerme a mí misma de salir.
Ya no tenía ni idea de donde buscar, había revisado Forks por todos lados. Me había pasado muchas horas buscándola, no solo de día sino también de noche. También revisé los bosques y los pueblos y ciudades cercanos por los que podía pasar una niña.
Ahora echaba de menos el apoyo familiar. Pero no me iba a lamentar más por eso ya que no tendría esa clase de apoyo y no me deprimiría más sin sentido, lo cual estaba haciendo ahora, me puse de pie de una vez por todas.
Pero el miedo me volvió a azotar, cada vez me entraba más en la cabeza que Carly estaba muerta, que había llegado al final del túnel hacia la luz y que se encontraba con sus familiares sin echarme de menos. Por una parte me alegraba ya que dejar esta crueldad atrás no parecía mala idea.
Pero por otra me entristecía por pensar en mí misma y el hecho de sufrir yo sola de nuevo. Me senté en el sofá con las manos echadas a la cabeza y poco a poco comencé a sollozar, los sollozos aumentaban y la tristeza ya me invadía, siete días buscando desesperada, siete días sin compañía, siete días inútiles, siete días de remordimientos.
Comencé a llorar lentamente y cada vez iba llorando más, mis ojos con falta de lágrimas saladas y mi corazón con falta de los brazos cálidos que me rodearan.
Pataleé el suelo como una niña pequeña y llamé a Carly a veces con un hilo de voz y entre sollozos, a veces con mi llamada silenciosa.
Me levanté del sofá aún sollozando y me dirigí de nuevo a Forks muerta por dentro, no tenía ni idea de que me estaba moviendo pero no era mi voluntad de hacerlo.
Deambulé por las calles mirando de derecha a izquierda y de izquierda a derecha. Pero no había rastro, esta vez salí de lo que era la frontera del pueblo y caminé más allá de los límites que lo separaban.
Pasé por muchos pueblos sin rumbo fijo viendo la devastación por los alrededores, y yo sola. De haber sido humana habría muerto de pena o si no por suicidio, pero ser vampira era diferente, no me podía matar yo sola, ¿me podía arrancar mis propias extremidades y lanzarme de cabeza al fuego? Poder si podía pero capaz no era.
Me centré en Carly y la llamé en voz alta. No había rastro de ella por ningún lado ni rastro de vida tampoco.
En ese día me recorrí gran parte de América, literalmente. A veces corría a veces caminaba a veces paraba por falta de aire en los pulmones. Me ardía la garganta de tanto gritar, la cabeza por confusión, las piernas iban libremente con personalidad propia, si quería que caminaran no lo hacían y si quería parar tampoco.
Y volvía a estar loca, volvía a ver gente, volvía a ver a mi familia falsa. Todos los viejos recuerdos que trataba de encerrar en mi mente bajo llave y candado salían a la superficie de nuevo.
Revisé cada santísima casa de arriba abajo, desde el sótano al tejado. Cada parque, debajo de los toboganes, en las casitas, en los escondites. Cada hospital debajo de cada camilla, cada mesa.
Todo revisado en muchos pueblos. Si hubiera fallecido ya la habría encontrado. Si se hubiera escondido también.
La mente de un niño era tan simple que no podía haberse ido muy lejos de Forks y conociendo a Carly como la conocía tampoco era de escaparse sin previo aviso y menos de pasarse una semana fuera sin que nadie supiera donde estaba.
Estaba cansada, normalmente no me tendía a cansar pero un buen descanso tumbada en algún lado de mi casa no me iría nada mal.
Corrí a mi casa y decidí que al cuando amaneciera iría a recorrer lo que quedaba de América y si no la encontraba a Canadá.
Llegué a mi casa y me tumbé tal y como había planeado pero no fue muy bien. Una vez más como semanas atrás me apareció mi propia familia y con una crueldad infinita me insultaron de nuevo.
No quería que volviera todo esto de nuevo, no quería ser atormentada más por recuerdos horrorosos. Quería a mi pequeña Carly a mi lado, quería su manita pequeña en la mía y sus suaves y cálidos brazos rodeando mi cuello, su pequeño cuerpo abrazado al mío mientras la protegía al dormir.
Siguieron flotando recuerdos por mis pensamientos, desde el momento en que abrí los ojos en la oscuridad absoluta hasta el momento en que me tumbé en la cama sola. ¿Quién me iba a decir años atrás cuando la felicidad formaba parte de mi ser y mi día a día que esto me pasaría?
Nadie lo podía saber. Me caí de la cama ya que me removía mucho y me quedé tumbada en el suelo boca arriba mirando el techo. Me asusté por si caería encima de mí. Muchas casas se derrumbaron a la primera explosión, otras a la segunda, otras más tarde y algunas quedaban en pie.
Esto último me hizo pensar… ¿Y si Carly entró a su casa por ejemplo y ésta se vino encima suyo? ¿Y si estaba enterrada bajo montones de piedras esperando ayuda?
Me senté concentrándome en un futuro incierto, esperando a una visión que me diera pistas de un futuro que posiblemente pasaría, pero se habían agotado y no sabía por que.
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¿Dónde estará Carly?
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10. Infierno
Siete días buscando a Carly día y noche, desde el amanecer hasta el atardecer, quedándome sin voz y desesperándome. No la encontraba.
El mundo era un infierno, comparando la vez en la que me sentía tan sola y echaba tanto de menos a mi familia, estaba tan triste y cerrada en mi mundo… esta vez me sentó peor. La pérdida de Carly de mi lado me estaba sentando como una tortura de mil años y lo peor era que no tenía a nadie.
Como una mezcla entre el dolor de la soledad, el fracaso, la irresponsabilidad, la culpa, la desesperación, la angustia, el odio a si mismo, la tortura, los nervios, la locura, la tristeza… Todavía podía añadir más.
Estaba en casa y me encontraba desesperada, cogida a mis piernas, con la mirada vacía y balanceándome de adelante hacia atrás y viceversa mientras susurraba continuamente el nombre de Carly. Siempre que me pasaba una desgracia actuaba igual, me encerraba en mi propio mundo negro y me costaba convencerme a mí misma de salir.
Ya no tenía ni idea de donde buscar, había revisado Forks por todos lados. Me había pasado muchas horas buscándola, no solo de día sino también de noche. También revisé los bosques y los pueblos y ciudades cercanos por los que podía pasar una niña.
Ahora echaba de menos el apoyo familiar. Pero no me iba a lamentar más por eso ya que no tendría esa clase de apoyo y no me deprimiría más sin sentido, lo cual estaba haciendo ahora, me puse de pie de una vez por todas.
Pero el miedo me volvió a azotar, cada vez me entraba más en la cabeza que Carly estaba muerta, que había llegado al final del túnel hacia la luz y que se encontraba con sus familiares sin echarme de menos. Por una parte me alegraba ya que dejar esta crueldad atrás no parecía mala idea.
Pero por otra me entristecía por pensar en mí misma y el hecho de sufrir yo sola de nuevo. Me senté en el sofá con las manos echadas a la cabeza y poco a poco comencé a sollozar, los sollozos aumentaban y la tristeza ya me invadía, siete días buscando desesperada, siete días sin compañía, siete días inútiles, siete días de remordimientos.
Comencé a llorar lentamente y cada vez iba llorando más, mis ojos con falta de lágrimas saladas y mi corazón con falta de los brazos cálidos que me rodearan.
Pataleé el suelo como una niña pequeña y llamé a Carly a veces con un hilo de voz y entre sollozos, a veces con mi llamada silenciosa.
Me levanté del sofá aún sollozando y me dirigí de nuevo a Forks muerta por dentro, no tenía ni idea de que me estaba moviendo pero no era mi voluntad de hacerlo.
Deambulé por las calles mirando de derecha a izquierda y de izquierda a derecha. Pero no había rastro, esta vez salí de lo que era la frontera del pueblo y caminé más allá de los límites que lo separaban.
Pasé por muchos pueblos sin rumbo fijo viendo la devastación por los alrededores, y yo sola. De haber sido humana habría muerto de pena o si no por suicidio, pero ser vampira era diferente, no me podía matar yo sola, ¿me podía arrancar mis propias extremidades y lanzarme de cabeza al fuego? Poder si podía pero capaz no era.
Me centré en Carly y la llamé en voz alta. No había rastro de ella por ningún lado ni rastro de vida tampoco.
En ese día me recorrí gran parte de América, literalmente. A veces corría a veces caminaba a veces paraba por falta de aire en los pulmones. Me ardía la garganta de tanto gritar, la cabeza por confusión, las piernas iban libremente con personalidad propia, si quería que caminaran no lo hacían y si quería parar tampoco.
Y volvía a estar loca, volvía a ver gente, volvía a ver a mi familia falsa. Todos los viejos recuerdos que trataba de encerrar en mi mente bajo llave y candado salían a la superficie de nuevo.
Revisé cada santísima casa de arriba abajo, desde el sótano al tejado. Cada parque, debajo de los toboganes, en las casitas, en los escondites. Cada hospital debajo de cada camilla, cada mesa.
Todo revisado en muchos pueblos. Si hubiera fallecido ya la habría encontrado. Si se hubiera escondido también.
La mente de un niño era tan simple que no podía haberse ido muy lejos de Forks y conociendo a Carly como la conocía tampoco era de escaparse sin previo aviso y menos de pasarse una semana fuera sin que nadie supiera donde estaba.
Estaba cansada, normalmente no me tendía a cansar pero un buen descanso tumbada en algún lado de mi casa no me iría nada mal.
Corrí a mi casa y decidí que al cuando amaneciera iría a recorrer lo que quedaba de América y si no la encontraba a Canadá.
Llegué a mi casa y me tumbé tal y como había planeado pero no fue muy bien. Una vez más como semanas atrás me apareció mi propia familia y con una crueldad infinita me insultaron de nuevo.
No quería que volviera todo esto de nuevo, no quería ser atormentada más por recuerdos horrorosos. Quería a mi pequeña Carly a mi lado, quería su manita pequeña en la mía y sus suaves y cálidos brazos rodeando mi cuello, su pequeño cuerpo abrazado al mío mientras la protegía al dormir.
Siguieron flotando recuerdos por mis pensamientos, desde el momento en que abrí los ojos en la oscuridad absoluta hasta el momento en que me tumbé en la cama sola. ¿Quién me iba a decir años atrás cuando la felicidad formaba parte de mi ser y mi día a día que esto me pasaría?
Nadie lo podía saber. Me caí de la cama ya que me removía mucho y me quedé tumbada en el suelo boca arriba mirando el techo. Me asusté por si caería encima de mí. Muchas casas se derrumbaron a la primera explosión, otras a la segunda, otras más tarde y algunas quedaban en pie.
Esto último me hizo pensar… ¿Y si Carly entró a su casa por ejemplo y ésta se vino encima suyo? ¿Y si estaba enterrada bajo montones de piedras esperando ayuda?
Me senté concentrándome en un futuro incierto, esperando a una visión que me diera pistas de un futuro que posiblemente pasaría, pero se habían agotado y no sabía por que.
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¿Dónde estará Carly?
Alice Cullen- Cantidad de envíos : 1104
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Gina Vulturi Sáb Dic 19, 2009 2:24 am
lo mismo digo.. donde está Carly? 
..pobrecita Alice, se está "enloqueciendo", no quiera saber como siente de mal todo eso..por favor, por favor..pon el siguiente cap pronto..
saludos..
..pobrecita Alice, se está "enloqueciendo", no quiera saber como siente de mal todo eso..por favor, por favor..pon el siguiente cap pronto.. saludos..
Gina Vulturi- Cantidad de envíos : 96
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Elena Call Sáb Dic 19, 2009 7:12 am
*traga saliva....Sabes? asi me siento yo cuando entro a este foro...y Alice...tu eres mi Carly!!!....*snif*
Esta Alice necesita un buen hombre antes de que enloquezca sin Carly.....
YYYy....por cierto...donde rayos estara esta niña???
En el prostíbulo?? (creo que ese fue el unico lugar que Al no busco..xDDDD o si? )
Siguelo siguelo!
Yo, tu fan numero uno!
Ele.
Esta Alice necesita un buen hombre antes de que enloquezca sin Carly.....
YYYy....por cierto...donde rayos estara esta niña???
En el prostíbulo?? (creo que ese fue el unico lugar que Al no busco..xDDDD o si?
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Elena Call- Juro que no muerdo...cuando quiero.
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Alice Cullen Vie Dic 25, 2009 7:33 pm
Dejo el 11 
--------------
11. Tres deseos.
Ya llevaba horas concentrada esperando a que algo me viniera a la cabeza, cualquier visión aunque durara tres segundos bastaría. ¿Como podía ser que se me hubieran ido de repente, a caso perdí mi poder? Eso lo dudaba.
Tanto esperar sirvió para algo. Tuve una visión espantosa.
En mi visión me encontraba a Carly en medio de un terreno de césped. Me acercaba a ella que estaba tumbada boca a bajo y con la cara girada en la dirección contraria a la mía.
Me acerqué lo suficiente como para ver un charco de sangre que la rodeaba y mi cara se crispaba con rastros de pena, de sorpresa, de confusión.
Me acerqué lo suficiente como para poder rozarla y así lo hice. Le acaricié la cabeza pero tampoco reaccionaba, la meneé pero tampoco.
Entonces le di la vuelta y me arrepentí mucho. Tenía su ropa preferida manchada de sangre al igual que sus mejillas y parte de su frente. Los ojos abiertos y muy inexpresivos, vacíos y sin rastro de reconocimiento hacia mí o consciencia de lo que pasaba.
Me dí cuenta de que la habían apuñalado y atado de manos y piernas. Tenía signos de lo primero mencionado en el pecho, 5 apuñaladas en el pecho y 2 en el estomago, además tenía signos en las muñecas y tobillos de haber intentado luchar contra una cuerda inútilmente.
Lo único que pude hacer por ella fue cerrarle los ojos y abrazarla manchándome de su propia sangre. Ésta ya estaba fría y su cuerpo no derramaba más. Recordar cada momento vivido con ella y su corazón latiendo y bombeando pasando toda esa sangre derramada por su cuerpo me hacía sollozar.
Ahora sí estaba sola en el mundo. Carly vino por casualidad e inesperadamente.
La dejé reposar de nuevo entre la sangre, no me tentaba en absoluto, había perdido las cualidades que yo necesitaba y jamás lo bebería. Era una parte de ella y no se lo arrebataría.
Volví al mundo de repente. 7 minutos de visión.
Lloré de repente, sin previo aviso mi cuerpo reaccionó de esa manera. ¿Cómo podía tener la mala pata de perder todo lo que amaba?
Me odiaba por las reacciones que tenía, si me pasaba algo me echaba a llorar sin hacer nada pero tampoco podía hacerlo. Todo estaba perdido. Nada volvería a ser lo mismo, ojalá existieran los genios que concedían tres deseos.
Primero pediría recuperar a mi familia, los Cullen. Volver a vivir con ellos para siempre, para toda la eternidad.
Segundo pediría recuperar a Carly y vivir una buena vida a su lado, verla envejecer, verla con su pareja, ver a sus hijos crecer, verla morir… todo eso a mí lado.
Tercero recuperar a la humanidad entera, hacer como si no hubiera pasado nada y que no pasara nada jamás.
Ya no podía hacer nada, me quería morir, lo deseaba con muchas, muchas fuerzas. Era lo único que podía pedir. ¿Tanto pedía?
- El futuro puede cambiar Alice… - me parece que pegué el respingo más grande de la historia. Me puse en posición de defensa y un gruñido se escapó de mi garganta. Traté de reaccionar y pensar coherentemente en lo que había pasado.
- ¿Edward? – fue lo único que dije, sí, tenía que haber sido él. Todavía reconocía su voz y suponía que él leía la mente todavía. – Edward por favor no te vayas. – sollocé pensando en perderle de nuevo, en no oírle más. Necesitaba ayuda seriamente.
- Edward por favor ayúdame. – Sólo me contestó el silencio, nada más. Sabía que Edward rondaba cerca por que a veces notaba presencias en mi casa. Era algo que sentía dentro de mí.
Si había más gente se notaba igual. Como si estuvieran presentes pero no me convencía. Si no lo veía no lo creía del todo.
Nada. No me volvió a hablar por más que lo esperé. Me daba rabia pensar que mis visiones fallaban, pero esta vez me llenaba de alegría absoluta. Así que una vez más allí estuvo mi familia para aconsejarme, básicamente Edward me había dicho que no me rindiera, que aún podía encontrarla.
Una sonrisa me ocupó el rostro, reemplazó el dolor. No me daría más pistas pero apreciaba lo poco que me dio.
Me levanté con ánimos y decidida a encontrar a Carly viva o muerta, pero me puse optimista de repente y decidí encontrarla viva como fuera.
Salí al exterior y respiré el aire puro. Caminé un poco al exterior y vi que las flores de Esme estaban muriéndose. Eso lo tendría que hacer cuando… ¿Qué hacía? Tenía que encontrar a Carly ya.
Si estaba viva me estaría esperando por algún lado… estaría no, estaba esperando.
Así que corrí. Decidí explorar América entera en su búsqueda y si no el mundo entero. No la podía dejar así como así, la tenía que cuidar y eso implicaba tenerla a mi lado lo poco que durara su vida.
Me planteé lo de transformarla con ese último pensamiento… era una decisión dura, de eso no cabía duda.
Algo que me tenía que pensar un poco más. Pero dentro de mí, en lo más profundo de mis pensamientos ya sabía la respuesta a eso… dudaba que cambiara.
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11. Tres deseos.
Ya llevaba horas concentrada esperando a que algo me viniera a la cabeza, cualquier visión aunque durara tres segundos bastaría. ¿Como podía ser que se me hubieran ido de repente, a caso perdí mi poder? Eso lo dudaba.
Tanto esperar sirvió para algo. Tuve una visión espantosa.
En mi visión me encontraba a Carly en medio de un terreno de césped. Me acercaba a ella que estaba tumbada boca a bajo y con la cara girada en la dirección contraria a la mía.
Me acerqué lo suficiente como para ver un charco de sangre que la rodeaba y mi cara se crispaba con rastros de pena, de sorpresa, de confusión.
Me acerqué lo suficiente como para poder rozarla y así lo hice. Le acaricié la cabeza pero tampoco reaccionaba, la meneé pero tampoco.
Entonces le di la vuelta y me arrepentí mucho. Tenía su ropa preferida manchada de sangre al igual que sus mejillas y parte de su frente. Los ojos abiertos y muy inexpresivos, vacíos y sin rastro de reconocimiento hacia mí o consciencia de lo que pasaba.
Me dí cuenta de que la habían apuñalado y atado de manos y piernas. Tenía signos de lo primero mencionado en el pecho, 5 apuñaladas en el pecho y 2 en el estomago, además tenía signos en las muñecas y tobillos de haber intentado luchar contra una cuerda inútilmente.
Lo único que pude hacer por ella fue cerrarle los ojos y abrazarla manchándome de su propia sangre. Ésta ya estaba fría y su cuerpo no derramaba más. Recordar cada momento vivido con ella y su corazón latiendo y bombeando pasando toda esa sangre derramada por su cuerpo me hacía sollozar.
Ahora sí estaba sola en el mundo. Carly vino por casualidad e inesperadamente.
La dejé reposar de nuevo entre la sangre, no me tentaba en absoluto, había perdido las cualidades que yo necesitaba y jamás lo bebería. Era una parte de ella y no se lo arrebataría.
Volví al mundo de repente. 7 minutos de visión.
Lloré de repente, sin previo aviso mi cuerpo reaccionó de esa manera. ¿Cómo podía tener la mala pata de perder todo lo que amaba?
Me odiaba por las reacciones que tenía, si me pasaba algo me echaba a llorar sin hacer nada pero tampoco podía hacerlo. Todo estaba perdido. Nada volvería a ser lo mismo, ojalá existieran los genios que concedían tres deseos.
Primero pediría recuperar a mi familia, los Cullen. Volver a vivir con ellos para siempre, para toda la eternidad.
Segundo pediría recuperar a Carly y vivir una buena vida a su lado, verla envejecer, verla con su pareja, ver a sus hijos crecer, verla morir… todo eso a mí lado.
Tercero recuperar a la humanidad entera, hacer como si no hubiera pasado nada y que no pasara nada jamás.
Ya no podía hacer nada, me quería morir, lo deseaba con muchas, muchas fuerzas. Era lo único que podía pedir. ¿Tanto pedía?
- El futuro puede cambiar Alice… - me parece que pegué el respingo más grande de la historia. Me puse en posición de defensa y un gruñido se escapó de mi garganta. Traté de reaccionar y pensar coherentemente en lo que había pasado.
- ¿Edward? – fue lo único que dije, sí, tenía que haber sido él. Todavía reconocía su voz y suponía que él leía la mente todavía. – Edward por favor no te vayas. – sollocé pensando en perderle de nuevo, en no oírle más. Necesitaba ayuda seriamente.
- Edward por favor ayúdame. – Sólo me contestó el silencio, nada más. Sabía que Edward rondaba cerca por que a veces notaba presencias en mi casa. Era algo que sentía dentro de mí.
Si había más gente se notaba igual. Como si estuvieran presentes pero no me convencía. Si no lo veía no lo creía del todo.
Nada. No me volvió a hablar por más que lo esperé. Me daba rabia pensar que mis visiones fallaban, pero esta vez me llenaba de alegría absoluta. Así que una vez más allí estuvo mi familia para aconsejarme, básicamente Edward me había dicho que no me rindiera, que aún podía encontrarla.
Una sonrisa me ocupó el rostro, reemplazó el dolor. No me daría más pistas pero apreciaba lo poco que me dio.
Me levanté con ánimos y decidida a encontrar a Carly viva o muerta, pero me puse optimista de repente y decidí encontrarla viva como fuera.
Salí al exterior y respiré el aire puro. Caminé un poco al exterior y vi que las flores de Esme estaban muriéndose. Eso lo tendría que hacer cuando… ¿Qué hacía? Tenía que encontrar a Carly ya.
Si estaba viva me estaría esperando por algún lado… estaría no, estaba esperando.
Así que corrí. Decidí explorar América entera en su búsqueda y si no el mundo entero. No la podía dejar así como así, la tenía que cuidar y eso implicaba tenerla a mi lado lo poco que durara su vida.
Me planteé lo de transformarla con ese último pensamiento… era una decisión dura, de eso no cabía duda.
Algo que me tenía que pensar un poco más. Pero dentro de mí, en lo más profundo de mis pensamientos ya sabía la respuesta a eso… dudaba que cambiara.
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Alice Cullen- Cantidad de envíos : 1104
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Rosalie Hale Cullen Sáb Dic 26, 2009 1:22 am
hola!!! bueno no me paso mucho por aqui porque ya lei tu fic... y sabes lo mucho que me gusta!!!! te lo repetire aqui para que todos lo sepan...
menti!! eres un genio!!! amo como expresas todo!!! como as tomado a un personaje tan lindo que quiero tanto para hacer un fic tan hermoso!!! que me he quedado O.O dios saves como mantener el misterio chica!!! saves como atrapar a la gente!!!
deves de saver cuanto me gusta ya que te he insistido muchisimo!!! para que agas los capitulos!!! estoy muy orgullosa de ti!!! ya que eres la unica que lo termino ¬¬ (eso fue referido a erika y a alicia que nunca terminaran sus fic ¬¬ eso parece jajaja) ya seguire con mi trabajo de insistidora!!!
avisame cuando agas otra historia tan bella como esta....
te quiero con todo mi corazon!!!
besotes
feliz navidad!!!!
menti!! eres un genio!!! amo como expresas todo!!! como as tomado a un personaje tan lindo que quiero tanto para hacer un fic tan hermoso!!! que me he quedado O.O dios saves como mantener el misterio chica!!! saves como atrapar a la gente!!!
deves de saver cuanto me gusta ya que te he insistido muchisimo!!! para que agas los capitulos!!! estoy muy orgullosa de ti!!! ya que eres la unica que lo termino ¬¬ (eso fue referido a erika y a alicia que nunca terminaran sus fic ¬¬ eso parece jajaja) ya seguire con mi trabajo de insistidora!!!
avisame cuando agas otra historia tan bella como esta....
te quiero con todo mi corazon!!!
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Alice Cullen Sáb Dic 26, 2009 2:27 am
Muchas gracias noche, te adoro!
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Elena Call Sáb Dic 26, 2009 4:02 am
Siiiiiiiiiiii Rose tiene razon!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Alicete...sigue asi que esta suuuuuuuuuuper buena la historia!!!!!!!!!!!!
Este cap de los tres deseos no creo que esté en vano....se cumplen?????----
Alicete...sigue asi que esta suuuuuuuuuuper buena la historia!!!!!!!!!!!!
Este cap de los tres deseos no creo que esté en vano....se cumplen?????----
Elena Call- Juro que no muerdo...cuando quiero.
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Rosalie Hale Cullen Sáb Dic 26, 2009 4:06 am
lee la historia elena no pregiuntes ¬¬ saca el misterio xD
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Elena Call Sáb Dic 26, 2009 4:07 am
Ay, perdón!..Pero es que me agarra una curiosidad!!!!!!!!!
Elena Call- Juro que no muerdo...cuando quiero.
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Bella Cullen Sáb Dic 26, 2009 7:32 am
ALICEEEEEEEEEEEEEE ESTA GENIALOSOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO *dando un abrazo a alice estilo emmettt * SUBE PRONTOOOOOOOOOOO, Q ESTAN SUPER GENIALESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS *O*
*dando saltitos alrededor de aliceeeeeeeeeeeeeee *
porfavor porfavor porfavor porfavor porfavorrrrrrrrrrrrrrrr *poniend cara de gatito de shrek****
jajaja ykm besos
*dando saltitos alrededor de aliceeeeeeeeeeeeeee *
porfavor porfavor porfavor porfavor porfavorrrrrrrrrrrrrrrr *poniend cara de gatito de shrek****
jajaja ykm besos
Bella Cullen- Cantidad de envíos : 311
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Elena Call Mar Dic 29, 2009 9:34 am
AAiiishhh..siii! Alice!! para cuando el otro cap?????????????
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Rosalie Hale Cullen Mar Dic 29, 2009 10:55 am
che cada cuanto subes???? jaajaja
apurate ... no seas como algunas.......
jajajajjaj
apurate ... no seas como algunas.......
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Rosalie Hale Cullen- Cantidad de envíos : 550
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Alice Cullen Mar Dic 29, 2009 11:36 pm
Subo cada viernes sin falta xD
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Gina Vulturi Miér Dic 30, 2009 6:18 am
Alicee!!! perdona por demorarme tanto.. tengo la vida y la mente dispersaaa!!
wowww..esa visión fue muy dolorosaa!! ayy..noo..donde estará Carly?!! esa niña tiene que aparecerrr.. jeje...
y la transformación.. O:.. interesante..mm..
saludosss y sigueeee..
wowww..esa visión fue muy dolorosaa!! ayy..noo..donde estará Carly?!! esa niña tiene que aparecerrr..
jeje...y la transformación.. O:.. interesante..mm..
saludosss
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Gina Vulturi- Cantidad de envíos : 96
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Rosalie Hale Cullen Miér Dic 30, 2009 7:52 am
ooooooo que bien... me pasare los viernes entonces jajajaja
jajajaja
Rosalie Hale Cullen- Cantidad de envíos : 550
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Re: La pequeña llama entre la oscuridad!
Alice Cullen Sáb Ene 02, 2010 2:17 am
El 12!
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12. Dios
Exploré los Estados Unidos enteros de nuevo pero como anteriormente me había pasado no la encontré. No me desanimé ya que desde un buen principio me lo esperaba. Recorrer E.U. me tomó toda la mañana.
No tenía ni idea de si dirigirme hacia Canadá o hacia México. Algo me decía que fuera Latinoamérica por lo que hacia allí fui.
Recorrí México entero en unas cuatro horas. Tampoco la encontré allí. Y ahora… ¿Guatemala o de vuelta a Canadá?
Odiaba sentirme así. Algo del viento me susurró algo que oí bien claro. Pero no supe reconocer bien la voz… ¿Emmett?
- ¡Che! ¡Argentina, obvio! – me dijo esa voz, como un susurro llevado por el aire.
Ni me paré a pensarlo, salí corriendo dirección Argentina.
Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Brasil, Bolivia y finalmente, Argentina.
¿Ahora qué? En que parte podía mirar… Buenos Aires era la capital por lo que decidí ir hacia allí.
Miré todas las casas una por una en busca de la pequeña Carly. Pero no encontré nada en Buenos Aires…
Sin saber como fui corriendo y me encontré en una ciudad llamada Lujan. Allí oí un ruido en una casa. Como un metal. Si era otra rata… que más daba. Entré a la casa y me di cuenta que el ruido provenía de el sótano.
Me adentré hacia abajo y me encontré lo que buscaba. Carly estaba sentada en una silla atada de pies y manos y con la boca tapada y un hombre de aspecto horripilante afilaba un cuchillo que daba miedo. Carly me vio pero me puse un dedo en los labios diciéndole que no dijera nada. A todo esto el hombre empezó a hablar en inglés con un acento claramente extranjero.
- ¿Sabes? Nunca he matado a una niña pequeña, pero los niños crecen y se transforman en ratas sucias que intentan dañar este mundo que no les pertenece. Un día crecerás y yo no quiero que eso ocurra porque quiero este mundo para mí solo para hacer lo que yo quiera. Sabía perfectamente que habría una catástrofe ya que la causé yo y lo escribí en mis libros pero nadie me hizo caso jamás… Ahora el sótano está destruido y también la humanidad, está claro que soy Dios… ¿no crees?
Entonces se acerco a ella con malas intenciones y rápidamente me abalancé sobre él y con un golpe rápido lo maté, sin dolor y sin pensármelo, un golpe rápido en la nuca y cayó en el suelo sin moverse.
Me dirigí a Carly, le desaté las manos y los pies, la boca se la destapé y la cargué en mis brazos hacia el exterior.
- ¡Carly no me vuelvas a hacer esto nunca más! ¡¿Me oyes?! – le estaba hablando a gritos y ella todavía seguía traumatizada por lo que le pasó.
- Lo siento Alice… salí de casa a buscarte y no sabía donde estabas y supuse que te habías ido a el bosque por lo que me adentré, entonces ese hombre me hizo respirar algo que me dejó inconsciente y cuando desperté estaba encerrada en un sótano horrible. Siempre me hablaba sobre algo de dominar el mundo y eliminarme y tenía mucho miedo Alice, entonces viniste tu… - esa última frase no la pudo acabar, un sollozo se apoderó de su garganta y fue incapaz de decir algo coherente.
Al fin la encontré, ahora tenía claro de que no la podía dejar sola ni un solo momento. La abracé mientras ella lloraba con desesperación y saqué la conclusión de que los manuscritos que leí antes de que todo “explotara” eran obra de ese loco que casi había matado a mi… a mi hija…
Me quedé un buen rato abrazándola mientras ella se desahogaba desesperadamente. Se calmó al cabo de mucho tiempo, no me importó haberme pasado horas hablándole, consolándola, abrazándola. Ahora que la tenía de nuevo conmigo no me importaba nada.
- Alice me encuentro mal vámonos a ca-casa – eso último lo dijo entre sollozos.
La cargué en mi espalda y ella se abrazó a mi cuello con cuidado de no ahogarme.
Volví a cruzar Sudamérica, Centroamérica y finalmente E.U. A todo esto ya eran las tantas de la mañana y Carly ya se había dormido. La volví a poner en la cama de Rosalie y Emmett. Le cambié la ropa interior y le puse un pijama.
Tenía el rostro muy pálido y marcas en las muñecas y tobillos. No tenía muy buena pinta.
Se despertó a eso de las seis de la mañana. No paraba de vomitar y los vómitos no eran normales. La fiebre le empezó a subir y a las diez de la mañana y rondaba los 40 grados.
Me la llevé a un río de agua templada y la metí dentro de el agua durante tres cuartos de hora manteniéndola distraída para que no le doliera demasiado.
Ya le entró frío y la volví a llevar a casa. La puse en la cama con un pijama de algodón muy fino para bajarle la fiebre.
Me repetía continuamente que tenía frío, que la tapara pero no lo debía hacer, el calor debía abandonar su cuerpo.
A menudo lloraba fuertemente y hacia pausas solamente para tomar aire, no tenía hambre, tenía convulsiones, no me respondía, no tenía fuerzas, silbaba al respirar y pocos síntomas de menor importancia.
Deseaba tener a Carlisle. Pensaba que Carly moría, no podía controlar la alta fiebre.
Lo único que podía hacer era darle un paño húmedo o mi propia mano mientras buscaba en un libro de medicina algún medicamento o antibiótico que darle. Le puse el termómetro debajo de la lengua. Me pasé los minutos indicados así y vi que estaba a 40,5 grados.
Lloriqueaba y sudaba. Se cogía la cabeza con las manitas gritando que le dolía y rogándome que le ayudara y sudaba mucho, estaba prácticamente empapada. Encontré un antibiótico que podía darle y fui a buscarlo tan rápidamente que no le dio tiempo a echarme de menos.
Se lo inyecté en el brazo. Estaba sola con una criatura con fiebre alta de la cual podía morir. No sabía que hacer.
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12. Dios
Exploré los Estados Unidos enteros de nuevo pero como anteriormente me había pasado no la encontré. No me desanimé ya que desde un buen principio me lo esperaba. Recorrer E.U. me tomó toda la mañana.
No tenía ni idea de si dirigirme hacia Canadá o hacia México. Algo me decía que fuera Latinoamérica por lo que hacia allí fui.
Recorrí México entero en unas cuatro horas. Tampoco la encontré allí. Y ahora… ¿Guatemala o de vuelta a Canadá?
Odiaba sentirme así. Algo del viento me susurró algo que oí bien claro. Pero no supe reconocer bien la voz… ¿Emmett?
- ¡Che! ¡Argentina, obvio! – me dijo esa voz, como un susurro llevado por el aire.
Ni me paré a pensarlo, salí corriendo dirección Argentina.
Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Brasil, Bolivia y finalmente, Argentina.
¿Ahora qué? En que parte podía mirar… Buenos Aires era la capital por lo que decidí ir hacia allí.
Miré todas las casas una por una en busca de la pequeña Carly. Pero no encontré nada en Buenos Aires…
Sin saber como fui corriendo y me encontré en una ciudad llamada Lujan. Allí oí un ruido en una casa. Como un metal. Si era otra rata… que más daba. Entré a la casa y me di cuenta que el ruido provenía de el sótano.
Me adentré hacia abajo y me encontré lo que buscaba. Carly estaba sentada en una silla atada de pies y manos y con la boca tapada y un hombre de aspecto horripilante afilaba un cuchillo que daba miedo. Carly me vio pero me puse un dedo en los labios diciéndole que no dijera nada. A todo esto el hombre empezó a hablar en inglés con un acento claramente extranjero.
- ¿Sabes? Nunca he matado a una niña pequeña, pero los niños crecen y se transforman en ratas sucias que intentan dañar este mundo que no les pertenece. Un día crecerás y yo no quiero que eso ocurra porque quiero este mundo para mí solo para hacer lo que yo quiera. Sabía perfectamente que habría una catástrofe ya que la causé yo y lo escribí en mis libros pero nadie me hizo caso jamás… Ahora el sótano está destruido y también la humanidad, está claro que soy Dios… ¿no crees?
Entonces se acerco a ella con malas intenciones y rápidamente me abalancé sobre él y con un golpe rápido lo maté, sin dolor y sin pensármelo, un golpe rápido en la nuca y cayó en el suelo sin moverse.
Me dirigí a Carly, le desaté las manos y los pies, la boca se la destapé y la cargué en mis brazos hacia el exterior.
- ¡Carly no me vuelvas a hacer esto nunca más! ¡¿Me oyes?! – le estaba hablando a gritos y ella todavía seguía traumatizada por lo que le pasó.
- Lo siento Alice… salí de casa a buscarte y no sabía donde estabas y supuse que te habías ido a el bosque por lo que me adentré, entonces ese hombre me hizo respirar algo que me dejó inconsciente y cuando desperté estaba encerrada en un sótano horrible. Siempre me hablaba sobre algo de dominar el mundo y eliminarme y tenía mucho miedo Alice, entonces viniste tu… - esa última frase no la pudo acabar, un sollozo se apoderó de su garganta y fue incapaz de decir algo coherente.
Al fin la encontré, ahora tenía claro de que no la podía dejar sola ni un solo momento. La abracé mientras ella lloraba con desesperación y saqué la conclusión de que los manuscritos que leí antes de que todo “explotara” eran obra de ese loco que casi había matado a mi… a mi hija…
Me quedé un buen rato abrazándola mientras ella se desahogaba desesperadamente. Se calmó al cabo de mucho tiempo, no me importó haberme pasado horas hablándole, consolándola, abrazándola. Ahora que la tenía de nuevo conmigo no me importaba nada.
- Alice me encuentro mal vámonos a ca-casa – eso último lo dijo entre sollozos.
La cargué en mi espalda y ella se abrazó a mi cuello con cuidado de no ahogarme.
Volví a cruzar Sudamérica, Centroamérica y finalmente E.U. A todo esto ya eran las tantas de la mañana y Carly ya se había dormido. La volví a poner en la cama de Rosalie y Emmett. Le cambié la ropa interior y le puse un pijama.
Tenía el rostro muy pálido y marcas en las muñecas y tobillos. No tenía muy buena pinta.
Se despertó a eso de las seis de la mañana. No paraba de vomitar y los vómitos no eran normales. La fiebre le empezó a subir y a las diez de la mañana y rondaba los 40 grados.
Me la llevé a un río de agua templada y la metí dentro de el agua durante tres cuartos de hora manteniéndola distraída para que no le doliera demasiado.
Ya le entró frío y la volví a llevar a casa. La puse en la cama con un pijama de algodón muy fino para bajarle la fiebre.
Me repetía continuamente que tenía frío, que la tapara pero no lo debía hacer, el calor debía abandonar su cuerpo.
A menudo lloraba fuertemente y hacia pausas solamente para tomar aire, no tenía hambre, tenía convulsiones, no me respondía, no tenía fuerzas, silbaba al respirar y pocos síntomas de menor importancia.
Deseaba tener a Carlisle. Pensaba que Carly moría, no podía controlar la alta fiebre.
Lo único que podía hacer era darle un paño húmedo o mi propia mano mientras buscaba en un libro de medicina algún medicamento o antibiótico que darle. Le puse el termómetro debajo de la lengua. Me pasé los minutos indicados así y vi que estaba a 40,5 grados.
Lloriqueaba y sudaba. Se cogía la cabeza con las manitas gritando que le dolía y rogándome que le ayudara y sudaba mucho, estaba prácticamente empapada. Encontré un antibiótico que podía darle y fui a buscarlo tan rápidamente que no le dio tiempo a echarme de menos.
Se lo inyecté en el brazo. Estaba sola con una criatura con fiebre alta de la cual podía morir. No sabía que hacer.
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Alice Cullen- Cantidad de envíos : 1104
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